Lomas de Zamora - Santa Catalina

De qué lado están las autoridades de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora?

El pasado sábado 1° de agosto fuimos testigos y víctimas de una vergonzosa actitud por parte del Director de Obras y Seguridad, Arq. Carlos Martin, y el Sr. Rector de la UNLZ, Lic. Horacio Gegunde, quienes ordenaron al cuerpo de guardia del complejo universitario de la UNLZ no permitir el acceso de los concurrentes a la celebración de la ceremonia de “Corpachada” –unas 50 personas- convocada este año en el entorno de la Laguna Santa Catalina, situada justo detrás de sus edificios. Y si tal vez, desde lo técnico, no se trate exactamente de un acto de discriminación, originó una profunda indignación, más aún partiendo de autoridades de una institución pública, hacia personas de los barrios adyacentes, docentes de la misma Casa, padres de alumnos y alumnos.

Con motivo de la celebración de ofrenda que todos los años se lleva a cabo en distintos lugares del país a la Madre Tierra (Pacha Mama), el CAA (Consejo de Acontecimientos Aborígenes de Argentina) decidió en esta oportunidad realizar la ceremonia citada en la orilla de la Laguna Santa Catalina, para lo cual su presidente Wilka Amaru (Wenceslao) Villanueva, había convocado a todos los hermanos aborígenes y no aborígenes que habitan la Ciudad de Buenos y sus alrededores, y solicitado previamente la autorización a la Dirección de Obras de la UNLZ, además de la cooperación de quien suscribe en primera línea al pie, docente e investigador de la misma universidad pública, a los fines de guiar el acceso al espejo de agua amenazado.

Luego del mediodía, horario fijado para el encuentro en el acceso al complejo universitario, el personal de guardia sorpresivamente nos informa que tenían la orden de no dejar que el contingente acceda a las cercanías de la Laguna Santa Catalina atravesando los terrenos del campus, es decir los playones de estacionamiento o bien los caminos internos o el mismo pasto, con lo cual sólo restaba la alternativa de acercarse por fuera, desde la Ruta 4 o por el costado hoy adquirido ilegalmente por una firma privada, pero de ninguna manera atravesando el predio.

Ante la insistencia de la cacique guaraní Teodora Guarumba, confirmando que se había solicitado permiso por fax días antes y que el mismo estaba aceptado verbalmente, los guardias se comunicaron telefónicamente con el Sr. Rector, quien ratificó la negativa para nuestro acceso a la Laguna, ecosistema amenazado que la misma autoridad anuncia de palabra querer cuidar, intención que no se ve reflejada hasta el momento, y menos en esa jornada, claro.

Esta prohibición resulta también muy llamativa, cargada de arrogancia y omnipotencia, frente a los sucesos que ocurren en el sitio, dado que se trataba de una ceremonia organizada por quienes habitaron estas tierras mucho antes que quienes lo hacemos hoy, acompañados por las personas que estamos defendiendo este digno rincón de naturaleza y lugar histórico frente a una ausencia total del Estado y otras autoridades involucradas. Resulta claramente contradictorio este suceso desafortunado, justamente en el mismo lugar donde de a caso, de rutina, se dictan conferencias sobre discriminación y derechos humanos, tal como se enarbola la labor de la Facultad de Ciencias Sociales.

La única consigna era llevar para la ofrenda algún alimento cocinado naturalmente y/o bebidas calientes no alcohólicas. El objeto de nuestra presencia en el lugar ni siquiera tenía el carácter de manifestación, sino de una concurrencia pacífica a un sitio natural que está siendo defendido valientemente por quienes restan de su tiempo y de sus ocupaciones habituales para un beneficio común, al contrario de quienes utilizan el bien común como instrumento de beneficio particular.

Por otra parte, no podemos dejar de asociar esta actitud con la conducta reprochable adoptada por estas autoridades universitarias –cuyos nombres y rostros son desconocidos para la comunidad- al haber elegido a mediados del año pasado el camino de un injusto e indignante silencio, frente a los sucesos de dominio público del año pasado y el corriente en Santa Catalina.

Todavía no sabemos por qué la UNLZ no se sumó a las denuncias por la violación de una ley provincial –la 8.912- con la venta a un privado de 300 has de espacio verde y a otros reclamos;

…tampoco tenemos explicaciones oficiales de por qué el diario info-región editado en esa institución suprimió las palabras Santa Catalina de sus ediciones desde los primeros días de junio de 2008;

…ni por qué motivo se informaba desde ese momento entre el alumnado que todo estaba ya solucionado en cuanto a los problemas de Santa Catalina;

…o bien las dudas que plantea la reciente participación de la Facultad de Derecho en la compilación o digesto ambiental municipal, en el cual, sorpresivamente se omiten todas la normas aplicables al caso Santa Catalina;

…incluso por qué estas mismas autoridades, en lugar de poner tanto empeño en impedir nuestra circulación por el predio, no se alarman por la destrucción que hoy mismo camiones y máquinas de una firma privada que avasalla lo que es de todos (y todos somos los humanos, animales, plantas y agua) llevan adelante alrededor del predio, desde de una operación ilícita ?

Pero la lista de elementos brumosos en ese sentido sería larga, y estas sí constituyen verdaderas situaciones dignas de preocupación para toda la sociedad.

Hoy confirmamos que las autoridades de la UNLZ comparten el podio con las de la UNLP en la apertura de las puertas al ecocidio más evidente de toda la región, y lo grave es que sus pasos por el lugar serán insignificantes en términos de tiempo, aunque muy graves e irreversibles en términos del ambiente y la comunidad. Llevaremos este reclamo a quien corresponda, pero además sabemos que alguna pluma generosa se encargará de describir con lujo de detalles a los protagonistas del capítulo más oscuro de la historia de Santa Catalina.

Alberto A. De Magistris Dr. Ing. Agr., Prof. Adjunto, Fac. Cs. Agrarias UNLZ; Julio C. Medina, Elena Stankiewicz, Hilda Chao, Amelia Rodríguez, Sergio Federico, Patricia Rodriguez, Gabriela Yeras, Martín Farina, Ricardo Pirraglia, Claudia Piedrabuena, en representación de los miles de habitantes que adhieren a la preservación de Santa Catalina y las Lagunas de Rocha en sus superficies íntegras como Reservas Naturales Provinciales.

 
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